Mi querido Bandini
Hace unas semanas paseaba por Reyes Católicos —una calle peatonal del centro de San Sebastián, como bien conoces, una ciudad de poco más de 200.000 habitantes donde puedes pasar semanas sin tropezar con un ser conocido que vive a 200 metros—, imagínate la densidad de población.
La cosa es, Bandini, que de pronto, en ese cruce de gentes, la cara de una persona llamó poderosamente mi atención. Continue reading