Lúnes 31, último día de octubre, un día otoñal maravilloso, el cielo azul limpio de nubes, la temperatura máxima de unos veintidós grados. Sin embargo, para cuando me acerqué a Gernika, hacia las cinco y media, la temperatura exterior marcaba dentro del auto, 16 grados. Se acercaba la noche de Halloween pero en Gernika se celebraba el «Último Lúnes de Octubre», día grande en la localidad foral, día de feria, minutos antes había escuchado por la radio que unas 140.000 personas se habían congregado en la villa, más de 300 puestos de frutas y verduras, a esto había que añadir la gran cantidad de puestos de «manteros» que veía conforme me acercaba a las inmediaciones del frontón. Continue reading