Después de interrogar a Cloty nos pertrechamos de comida en el Ezkurra y el restaurante japonés. Ensaladilla rusa y sushi en abundancia. Al entrar en comisaría, Garro saludó a su ayudante con la cabeza, para entonces Pascual había apagado apresuradamente el porro que se estaba fumando. El vestíbulo apestaba a yerba.
Nos dimos un atracón, mejor dicho, la mayor parte se llevó el inspector. A mí con una ración de ensaladilla me bastaba. Pasaba de sushi, esos pedazos de salmón, pescado crudo… me echaba para atrás. “Cómo se nota que no has vivido en Oriente”, me dijo Garro mientras se tragaba el último pedazo de salmón empapado en salsa de soja. Se había pimplado la botella de txakolí y varios lamparones resaltaban a la altura del pecho de su guayabera. Después de la ingesta se le veía de muchos mejor humor. A través del interfono llamó a Pascual y le pidió un par de cafés. “El mío, como siempre, bien cargado”. Continue reading