Mi querido Arturo Bandini, el pasado domingo estuve en un pueblo que te gustaría conocer. Está situado al sur de Navarra, en la Ribera, cerca de Aragón. Llegamos a la hora de la siesta y el pueblo dormía. Casas bajas, las calles vacías. Soplaba un viento que, después supe, los lugareños llaman el cierzo. Lo primero que me vino a la cabeza fue que en invierno tiene que hacer mucho frío. A primera vista parecía un pueblo fantasma del Lejano Oeste americano donde se desarrollan historias como las que tú cuentas en tus películas. Aparcamos el coche después de dar varias vueltas por el pueblo buscando el polideportivo. Lo hicimos frente a las piscinas, junto al bar “El Chiringuito”, cerrado también. Bajamos las ventanillas, retrasamos el respaldo del asiento, y nos dispusimos, también nosotros, a echarnos una pequeña siesta. Faltaba todavía una hora para que diera comienzo la función en el frontón y Cabanillas dormía. Continue reading