Lo suyo fue un suspiro

Finalizó el partido en el frontón Carmelo Balda y me encontré en la salida con Jaime Zabaleta y su esposa Arantxa. Hicimos juntos el recorrido que lleva de la zona deportiva de Anoeta al centro de la ciudad.
Coincidí con Jaime en Barcelona el año 1973. Los dos jugábamos en el frontón Principal Palacio. No nos volvimos a ver hasta muchos años después, los dos habíamos dejado de jugar. Él mucho años antes que yo.
Le pregunté por su trayectoria mientras cruzábamos las calles. “Lo mío fue un suspiro”, me contestó. Continue reading