Zurdos…

Joder! Bandini, ayer me impresionaste con un texto tuyo, una descripción que haces de tu primo Dominic Molise, al igual que tú, aspirante en su día a convertirse en beisbolista profesional. Dominic tenía 16 años, un metro sesenta de estatura, orejas de soplillo y era zurdo. Estaba empeñado en ir de Colorado a la costa del Pacífico al lugar donde entrenaban los Chicago Cubs, para hacer una prueba con ellos. Dominic estaba obsesionado con su brazo izquierdo, “El Brazo” le llamaba, estaba convencido de que llegaría a lo más lejos en el béisbol profesional, incluido el Templo de la Fama. Continue reading

Guillermo en Mexico

Un cinco de noviembre del año 1929 Angel Ibaceta llamó a Guillermo a la oficina. Cuando un intendente llamaba al pelotari a la oficina, mal asunto, no presagiaba nada bueno. Menos en el caso de Guillermo. El juego del de Ondarroa empeoraba con el paso del tiempo. Nada que ver con la gran figura contratada de la Habana para abrir el nuevo frontón junto a Ituarte y el resto del cuadro, lo mejorcito del jai alai de por aquel entonces. Continue reading

Recuerdos de José Ramón Eizaguirre

Es un placer recibir noticias de gente alejada de Euskal Herria, físicamente al menos, pero por lo demás sigue con intensidad cualquier tema relacionado con sus raíces. Y, cómo no, si se trata de temas de jai-alai, con mayor interés todavía. Me refiero en este caso a un correo electrónico que he recibido de José Ramón Eizaguirre, conocido en el mundillo del jai-alai como: Fraypa. En su tiempo notable delantero que llegó a alternar con todas las figuras. En una entrevista que le hice a Chucho Larrañaga, publicada en este blog, el gran zaguero de Etxebarria destacaba a dos delanteros con los que gustaba emparejar, uno era el vitoriano Alonso; el otro, José Ramón Eizaguirre. Retirado de las canchas Eizaguirre trabajó como juez además de ejercer como intendente en el frontón de Reno (Nevada). Una voz autorizada la de Fraypa a la hora de hablar sobre jai-alai. Continue reading

Guillermo y el Duque de Marigny

Guillermo estaba atravesando una mala racha de juego, cada vez jugaba peor y andaba desesperado. Su aventura en la pesca de tiburones en Cayo Largo había sido una experiencia fallida y físicamente estaba deshecho. Un día conoció a través de Ernest Hemingway un personaje con el que hizo buenas migas desde el primer momento, un tipo de dos metros de altura y gran deportista. Fred de Marigny, de origen francés, se hacía llamar: duque de Marigny. El aristócrata se convirtió rápidamente en incondicional admirador de Guillermo. Iba a verle a todos los partidos que le programaban en el Jai-Alai de La Habana. Con cada derrota de Guillermo el duque de Marigny sufría. Éste le hizo saber que todos sus males se debían a que tenía todos los músculos agarrotados y el cuerpo intoxicado. Le propuso un régimen de vida especial. Continue reading