Dejamos la variante que lleva a Trabakúa y nos adentramos en Markina-Xemein. Eran las once y media de la mañana y se veía poca gente en las calles. En pocos minutos dejamos la fuente del Carmen y el Toldope a la izquierda y, ya en el Prado, doblé a la derecha hasta la altura del frontón, donde aparqué el BMW Cabrio frente a los baños. Bandini quería visitar la famosa “Universidad” de la cesta-punta y yo no me iba a oponer. Continue reading