Mi querido Bandini
Déjame que te escriba sobre un encuentro que mantuve en plena calle con un amigo de la infancia.
Hojeaba un libro de los varios que depositan en una cesta a la entrada de una tienda de Emaús, en la calle Urbieta, la que está frente al parque Araba (las tiendas Emaús venden ropa usada, cacharrería y libros usados, una especie de Goodwill en tu país). Dejan varios libros todos los días, y si alguno te gusta, te lo puedes llevar gratis. El que sostenía en las manos era uno sobre golf, escrito en inglés, el autor es John Feinstein, titulado: ‘A good walk spoiled`. Continue reading
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Elizondo y el Beotibar de Tolosa
Rafael Elizondo venía en tren de Andoain (Gipuzkoa) donde vivía y había nacido (1913). De mediana estatura, delgado. Llevaba gafas y el escaso pelo engominado hacia atrás. Cojeaba ostensiblemente. Tenía las caderas destrozadas de tirarse al piso reboteando. Las pelotas para los ensayos las traía guardadas en el pecho para mantenerlas templadas. Continue reading
Echaniz I… «¡Estás loco!»…
Luis María Echaniz, “Echaniz I”, (1937, Azkoitia) fue una de las grandes figuras de la década de los años cincuenta en el Jai-Alai de La Habana (Cuba). En la legendaria cancha conocida como el “Palacio de los Gritos” fue el mejor zaguero en una plantel donde destacaban: Guara mayor y su hermano “Guarita”, Frías, “Chucho” Larrañaga, el “Moro” Uriona, Lorenzo Arriola o Quintana. Continue reading
Recuerdos del Beotibar
Ingresar en la escuela de cesta-punta del Beotibar de Tolosa era casi como ingresar en una academia militar, en una universidad o en un seminario. Allí comenzaba una carrera que nunca sabías lo que iba a durar o lo que el destino te iba a deparar. Tal vez, debutar en Madrid y un par de años, mili incluida y a casa; unos cuantos años por Canarias, Zaragoza o Filipinas; o bien, varias décadas en Florida. Aquello era el comienzo de una singladura que de buenas a primeras empezabas firmando un contrato de dos años para debutar en Madrid o en Zaragoza (cómo cambian los tiempos, nada más empezar un trabajo de dos años asegurado). El objetivo perseguido seguía siendo el mismo: aprender el oficio y vivir de la pelota. Continue reading
Barandika-Lekerika: Campeones II Memorial Elola
He llegado a Tolosa con tiempo, como a mi me gusta. Buena temperatura para esta época del año, 16 grados; se nota cuando el viento sopla del sur. Aparco sin problemas en la zona del barrio San Esteban. Camino sin prisas, al tun-tun, hacia la plaza de toros. Aquí, en ese local habia una una tienda de ultramarinos, en ese otro un bar donde mi padre me mandaba sellar la quiniela de futbol. Paso junto al bar Cantábrico, lugar de culto para los aficionados a los deportes rurales, si sus paredes hablaran, vaya documental. Giro la cabeza a la derecha, ahí está la fachada, la casa donde vivi desde los seis años hasta que me fui a debutar a Zaragoza, es, era mejor dicho, la «Avenida del Generalisimo Franco», qué tiempos. Hago el recorrido que hacia para ir al colegio, Escuelas Pias, bordeando el río Oria, paso junto al domicilio donde vivía el entrañable Elola. Llego a la plaza del «Triangulo». Ya no está el colegio, lo trasladaron, ahora son pisos, han respetado la fachada. Se conserva el arco, la «Puerta de Castilla», que da paso al casco viejo de Tolosa. Giro a la izquierda y por la calle Rondilla me dirijo hacia el paseo San Francisco, el viejo Beotibar está cerca, justo pasar el convento de los Franciscanos, a cien metros. Diviso un cartel de gran tamaño, anuncia el II Memorial Elola, resuena la musica de unos altavoces, es un reclamo, gente a la entrada del frontón. Continue reading