Cuatro de los grandes

La idea puede que fuera del PR (public relations) del frontón Hartford Jai-Alai. La de juntar a cuatro de las estrellas del cuadro, cuatro delanteros –Mendi, Zulaika, Katxín y Remen– y hacerles posar en lo más alto de un edificio del centro de Hartford. Los cuatro visten la misma camiseta, color rojo, el color del uno en las quinielas. ¿Existe tal vez algún mensaje en el hecho de que los cuatro lleven la misma camiseta? Era la camiseta que no usaban habitualmente o puede que la intencionalidad fuera por otro derrotero: los cuatro eran unos números uno. Continue reading

1 (Bat) zenbakia soinean

Downtown Hartfordko eraikin baten atikoan daude guri begira. 1 zenbakia soinean. «On top of the world», munduaren gailurrean, zegokien tokian. Ideia zeinena izan ote zen, batek daki, «public relations-ena» seguru aski, bai egokia, ordea. Gaur egungo futbolariak balira, urrea gurditan ekarri beharko lukete euren fitxak ordaintzeko. Messi, Cristiano, Luis Suarez, Iniestaz… ari ote naiz. Ez; Mendi, Zulaika I, Katxin eta Remenaz, baizik. Continue reading

Pedro Mir en Nueva York

La historia del jai-alai americano es fascinante porque contiene episodios que a día de hoy parecen inverosímiles. Cómo explicar que un escenario majestuoso como fue el Teatro Hippodrome de Nueva York pudiera albergar una cancha para la práctica profesional del jai-alai. Ocurrió el año 1938 en pleno corazón de Manhattan, a una manzana de Times Square. La aventura duró cinco meses. El motivo: las autoridades negaron el permiso de apuestas. El jai-alai profesional en USA no tiene cabida sin la apuesta. Continue reading

Pedro Mir New Yorken

Pilotaleku bat teatro batean? Burutik ala..? Are gehiago, New Yorken, Manhattan bertan, Times Square plazatik sagar batera. Ba, bai, halakorik gertatu zen 1938.an, hain justu. Ez zuen asko iraundu frontoiak, bost hilabete bakarrik. Zergatik? Agintariek eman ez zutelako apustuak egiteko baimena. Trabesarik gabe, jai-alaiak ez du kabidarik Ameriketan. Continue reading

Richard Berenson y el «Biskayne»

Tras el huracán que azotó Miami un mes de septiembre de 1926 dejando la ciudad en escombros, la ciudad entró en una depresión económica. Pedro Mir recordando aquellos tiempos de zozobra, recalca: «El jai alai no marchaba bien. Los dueños rentaron el frontón. Los nuevos gestores con Sam Cantor a la cabeza contrataron a los peores pelotaris. «Un día fuimos a cobrar el cheque y nos encontramos con la desagradable sorpresa que no había fondos. Desde ese día obligamos a la empresa a pagarnos el sueldo a la semana y el boleto cada día». Continue reading