¿Quién mató al Barón?

«Estuvimos en los lugares donde mejor se vivía, en esos sitios eramos unos privilegiados; en Euskal Herria no había dinero y nosotros por ahí ganándolo todo y gastándolo. En aquellos lugares entraba mucho dinero, eran lugares turísticos y la gente jugaba mucho dinero en los frontones. Nos invitaban a todas las fiestas y nos gustaba estar a la altura de nuestros anfitriones, hacerle a la señora de la casa los mejores regalos aunque hiciera falta gastarnos el sueldo de un mes. Vivíamos felices». Daniel Guridi (Arrasate, 1906) Continue reading

Luz sobre los frontones en Egipto

La historia de los frontones en Egipto es una de las más desconocidas en el mundo del jai alai. Sabemos poco más que hubo dos frontones funcionando en ese país a comienzos del siglo pasado, uno en El Cairo y otro en Alejandría. Algunas fotos sueltas y algún que otro testimonio como el de Daniel Guridi, quien jugó en ambos frontones en los años veinte del siglo pasado. Es más, es a través de una entrevista publicada en la revista «Pelota», un monográfico sobre pelotaris de Arrasate, publicado por Pilotarien Batzarra, en la que Guridi cuenta historias de su vida, sin incluir la parte que más abajo voy a relatar. Probablemente, por falta de espacio esa parte no llegó a publicarse. Líneas que, a la postre, arrojan un poco de luz sobre el misterio de los frontones egipcios. Continue reading

Flak Mak

Flak Mak no es el apodo que le han puesto los gringos al «Palacio de los Gritos», al frontón Jai Alai de La Habana. Flak Mak es el nombre de una máquina de picar hielo americana para preparar daiquiris; es la explicación que le da el cantinero del bar del hotel Ambos Mundos a un escritor vasco. Continue reading

La increíble historia del pelotari Martin Odriozola en La Habana

«Los bares de los pelotaris» se titula uno de los capítulos del libro «El roble y la ceiba. Historia de los vascos en Cuba» (Txalaparta, 2003) escrito por Cecilia Arrozarena.

«En una construcción antigua, en una esquina entre Belascoain y Saludade, en el tercer y cuarto piso se hospedaban los pelotaris del Frontón Jai Alai. Una mujer con garbo, vasca, dueña de las dos plantas y de la azotea, tenia como huéspedes de diez a quince pelotaris, cada uno, con un baño individual en cada habitación». Continue reading