Cuesta creer

Orlando Jai Alai celebra este fin de semana la 25 edición del Citrus, la máxima competición de la cesta-punta en la modalidad de quinielas. Va a ser un aniversario agridulce, no como se merecen unas bodas de plata. La noticia no está en la cancha como es de esperar; sino más bien fuera de ella. Según supimos ayer a través de un comunicado de IJAPA, los pelotaris de Miami no van a tomar parte en el Citrus de este año porque los nuevos rectores de Miami Jai Alai lo impiden. 

Escribir desde la distancia y más con escasa información dificulta cualquier tipo de análisis. Parece ser que los nuevos dueños del histórico Miami Jai Alai están intentando recortar algunos beneficios hasta ahora vigentes, al no haber acuerdo, como represalia los pelotaris de su cuadro no participarán en la actual edición del Citrus. Queda en el aire si podrán venir a Vasconia a jugar en el verano como lo hicieron Aritz Erkiaga y Erik Irastorza.

Es una mala noticia que los actuales rectores quieran recortar puntos hasta la fecha establecidos; es lógico que los pelotaris defiendan sus derechos. Es normal que haya una negociación y discrepancias. Pero de ahí a impedir que las estrellas del cuadro no puedan jugar el Citrus… injustificable. Un golpe bajo. Un acto de mala fe. Y sobre todo, desprecio por el jai alai.

Que se haya disputado el Citrus durante 25 años consecutivos es un milagro. Teniendo en cuenta la trayectoria de los frontones americanos, el cierre masivo, que haya habido gente capaz de mantener la competición estrella del mundillo de la cesta-punta, insisto, cuesta creer.

Sean quienes sean los nuevos dueños de Miami Jai Alai, que no tengan la mínima sensiblidad, el mínimo respeto, hacia un deporte, un frontón que dentro de pocos años –si no lo cierran antes– va a cumplir los cien años de actividad, resulta asombroso.  Que no reconozcan los esfuerzos de sus colegas de Orlando Jai Alai, lamentable. Cuesta creer.

Lo preocupante, lo negativo de todo esto, no es sólo la actitud tomada por la gerencia del Miami Jai Alai, sino más bien las intenciones que tengan; dicho de otra manera: que quieran eliminar el jai alai de su casino.

 

 

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