Estaba atravesando una época dura por la pérdida de mis abuelos, me crié con ellos y lo han sido todo para mi. Se me juntaron algunos problemas personales con la perdida de ellos y me metí en una completa obscuridad, me quedé sin norte. Nada me importaba, nada me motivaba, nada, absolutamente nada. Soy una persona vital y alegre pero esto me dejó completamente k.o.
Un día, haciendo zapping en la tele, vi un partido de cesta punta. Me quedé viéndolo unos segundos, estaban jugando Imanol y Hormaetxea, y en cuestión de segundos, no podía apartar la vista de la tele. Ese juego rápido, tan visual, tan estético, me atrapó por completo.
Había oído hablar de este deporte, pero no le había prestado nunca mucha atención.
Acababan de cerrar el frontón de Dania y los jugadores volvían a casa. En Gernika, empezaron a jugar los lunes y enseguida quise ir a verlo en directo, aquello que tanto me atrajo verlo por la tele. Recuerdo perfectamente mi primer lunes, Juan Ignazio, nunca se me olvidará, porque aquel día, todo cambió para mi. Subía las escaleras del frontón de Gernika y algo «ese algo» que ni se ve ni se toca, caló en mi. Me quedé abrumada con las dimensiones del frontón, con la belleza arquitectónica, con todo el gentío, el ambiente, la energía… todo.
Me sentí en zona de confort como en mucho tiempo no me sentía. Reconfortada y en calma. Empezó el partido, mis ojos no daban abasto. Observé con atención, todo. Las gradas, la afición, la vestimenta de los jugadores, la red, la cesta de mimbre, como se relacionaban entre ellos los jugadores, la velocidad de la pelota… todo era nuevo para mi, soy una enamorada de la belleza y lo estético en todas sus formas y la cesta punta es increíblemente bella.
Transcurrieron unos minutos del partido, y le comenté a mi pareja con una sonrisa de lado a lado, «me encanta, estoy feliz aquí». Se fueron mis abuelos dejándome un vacío horrible, pero llegó «Jai Alai» , una fiesta alegre para sobrellevar el dolor.
Y así ha sido. Empecé a ver partidos sin descanso, a leer sobre Jai Alai , su pasado y su presente, los nombre de los jugadores y sus tácticas de juego. Una cosa llevó a la otra, y otra a la otra. He conocido personas increíbles por el camino y me he reencontrado con antiguos amigos. Quiero abreviar porque la carta se puede ir de madre, pero me han pasado cosas increíbles relacionadas con Jai Alai y tengo mucho que agradecer a muchas personas.
Resumiendo, que arrastré a todo mi entorno a ver cesta, ahora somos amigos que compartimos esta afición.
Enseguida quise probar la cesta en mi mano y Eusebio me regaló una de plástico. Empecé a jugar sola, viendo videos e intentado imitar posturas; un desastre como te puedes imaginar. Metiendo horas, la cosa fue cogiendo un poco de forma. Ahora tengo una cesta de mimbre de Antxon Alberdi, que me la arregló a mi mano Roberto Lekue y después de una odisea, buscando escuela o profesor, por fin he encontrado mi sitio en Ezkurdi de Durango.
Me ha resultado muy complicado encontrar una escuela donde den clases a adultos principiantes. Este ha sido el motivo realmente de escribirte. Hay un vacío enorme en este campo. Hay escuelas para jóvenes, ¿Pero para los adultos que queremos aprender el juego y practicarlo?, la afición se hace así también. De nada vale ofrecer a la gente ver los partidos en los frontones, si luego no dan la opción de probarlo. No se si es por falta de infraestructuras o porqué es, pero el juego hay que democratizarlo.
Aritz Erkiaga me puso en contacto con Unai Murua, parte de la directiva de Durango Jai Alai. Hablamos por teléfono y enseguida conectamos. Después de un montón de negativas, por fin con ellos resulto muy fácil, querían dar cabida a principiantes adultos. Y les estoy muy agradecida, están haciendo un gran trabajo. Voy a entrenar dos veces por semana, me queda lejos desde Donostia pero lo divertido que me resulta, me compensa.
Y con esto acabo, agradeceros al Podcast, me habéis acompañado en la sala de espera del médico, en el coche y en todos los momentos que he necesitado escapar de mi día a día. Estoy aprendiendo muchísimo, de la cesta de ahora y en la de antes, curiosidades y chascarrillos.
Si me permites, me encantaría que trataseis también con las personas invitadas, el tema de la fama. De como se gestiona saborear las mieles de la fama, a pasar al olvido.
Coincidí en una conversación una vez, un jugador comentaba, lo duro que se le hacía que ahora no le pidiesen una foto los aficionados por la calle y que ya no fuese el jugador de moda. Como ahora el foco calentaba la espalda de otro jugador que ya no era él.
Que cante la grada tu nombre al unísono y que a las semanas estén cantando el del otro. Que es muy duro, el peso emocional. Y creo interesante, dar visibilidad a ese aspecto también.
Me encanta que les preguntes sobre su libro favorito (como amante de las letras que soy) o su canción preferida, es una manera de conocer el aspecto más personal de la gente entrevistada.
Y muchos otros temas que trataréis en el podcast que estoy deseando de escuchar. Vuestras voces, la de Fernando, Pakito, Mikel y la tuya son para mi ya compañía.
Eskerrik asko! No sé cuánto durará esto, lo que esta claro es que el Jai Alai ya ocupa unas páginas de mi vida.
Aina 2024ko, Apirilak 24. Donostia