Ha habido en el mundo de la cesta-punta profesional pelotaris que no han sido grandes figuras, sin embargo, han dejado su impronta, dicho de otra manera, han dejado huella de su paso.
Uno de ellos es José Ramón Eizaguirre, conocido también como: “Fraypa” o “El Filósofo de Berriatua”, éste último apodo impuesto por el que fuera gran cronista de pelota: Juan de Irigoyen.
Eizaguirre nació en Berriatua el año 1937 y vive en la actualidad en los EE UU, en Windsor (Ct.).
Como la mayoría de los pelotaris de aquella época aprendió el arte de la cesta curvada por su propia cuenta, es lo que le contó a Paula Morton, la escritora autora del libro: `JAI ALAI A Cultural History of the Fastest Game in the World´.
Debutó tarde, a los 19 años, como delantero en Las Palmas de Gran Canaria. Sospecho que el debut se demoró porque José Ramón cursó varios cursos en el prestigioso colegio de Oronoz (Nabarra). Donde coincidió con Enrique Sarasola y en un futuro tendría una estrecha relación.
Eizaguirre se convirtió en uno más de los pelotaris viajeros. Hoy aquí, mañana allí. Al año siguiente de debutar jugaba en Durango, Markina-Xemein, Donibane Lohitzun, Hossegor.
El año 1959 tuvo la oportunidad de jugar en La Habana pero la Revolución de Castro lo impidió.
En su salto al continente americano pasó por los frontones de Tampa, 1960 a 1963. Daytona Beach, 66-67… Tijuana (México)…
(Eizaguirre en Tampa con Marlene Schmidt, Miss Universo)
El gran “Chucho” Larrañaga me confesó que dos de sus delanteros preferidos eran el vitoriano Alonso y Eizaguirre. Fue en el Ezkurdi de Durango donde “Fraypa” acompañado de Retolaza ganó el Torneo de Vice-Ases.
Su frontón fetiche tal vez fuera el de West Palm Beach, jugó con el nombre de «Zaguirre» del 65 al 73, a nivel deportivo donde consiguió el most wins (máximo ganador de quinielas) tres temporadas consecutivas— y a nivel laboral dado que José Ramón tuvo una participación clave en 1968, el año del plante de los pelotaris ante las empresas.
Semanas antes de que se consumara la rotura entre el Montepío y las empresas, Eizaguirre contactó con Enrique Sarasola, su antiguo compañero de Lekaroz, convertido en asesor financiero. El donostiarra se ofreció para asesorar a los pelotaris. Mantuvo conversaciones con ambas partes. Sarasola trasladó a los pelotaris su opinión sobre cómo desenvolverse ante semejante desafío: “Hay que levantar el hacha pero no asestar el golpe”, fue una de sus recomendaciones.
El colectivo de pelotaris hizo oídos sordos. El plante se convirtió en realidad y el resto es historia conocida.
Años más tarde, Enrique Sarasola fue una figura fundamental en la llegada al poder de Felipe Gonzalez al gobierno de España.
En el contexto del conflicto: Montepío- empresas, hubo otra intervención de José Ramón Eizaguirre. Facilitó la celebración de una reunión en la sede del Montepío en Markina-Xemein entre un representante del frontón de West Palm Beach y la parte contraria.
Se llegó a un acuerdo. Fue el de West Palm Beach el único frontón que se salvó del plante y no tuvo que recurrir a pelotaris esquiroles.
Eizaguirre colgó la cesta el año 1977 pero no quedó desvinculado del jai-alai. Fue juez en Hartford; intendente en Logroño y en Reno (Nevada).
Me consta por la relación epistolar que mantuvimos y por los testimonios de quienes lo trataron, Eizaguirre ha sido una persona entrañable que ha dejado su impronta.
Como he señalado antes, a sus 86 años (ayer 11 de diciembre cumplió años) vive en Windsor (Ct.)
Besarkada estu bat, José Ramón.