El primer partido de la tarde había finalizado hace un rato cuando apareció por el paseo de cancha un exultante Nicolás Etcheto. Los aficionados se le acercaban y le felicitaban. Él respondía con una enorme sonrisa y con cuantas explicaciones fueran necesarias, a propios y extraños. Nicolás Etcheto había ganado su partido con la ayuda de Barandika y no ocultaba su felicidad.
Mientras un aficionado le decía que había sido uno de sus mejores partidos en mucho tiempo. Antes de que contestara, otro de los incombustibles, con el puño en alto le lanzó una consigna: “¡à bloc..!”
Al oir esto último: ¡à bloc!… (a tope, en francés) se le iluminó la cara más aún si cabe al zaguero vasco-francés.
Él y Xabi Barandika ensayaron en el Balda el pasado martes. No fue un mero entrenamiento físico y toma de contacto con la cancha. Les sirvió también para preparar el siguiente partido tácticamente. Etcheto lo tenía claro, si querían ganar a Erkiaga y a Lekerika, haría falta algo más que limitarse a pelotear y ver venir. Xabi había de pasar al ataque.
El de Gernika es un pelotari que todo lo hace bien pero que le falta el do de pecho: acabar el tanto. La asignatura pendiente y en cuatro días volvía a examinarse en el Balda ante un tribunal de lo más exigente. Contra una pareja que había arrollado a Goiko e Irastorza la semana anterior, si bien `El Fenomeno de Zumaia´ y Erik Irastorza les dieron más facilidades que en El Corte Inglés en época de rebajas, sobre todo el de Bidarte (Lapurdi).
Nicolás Etcheto era consciente de que al margen de atacar más, pagarle con la misma moneda al `Mago de Ispaster´, tenían que ir ¡à bloc! Jugar a tope, como un equipo. “Nadie gana jugando sólo”, insistía Etcheto.
Aproximadamente 600 personas fuimos testigos de dos emocionantes partidos. El Grand Slam de Donostia va a más. El efecto llamada funciona y no será de extrañar que en los sucesivos festivales la gente quiera estar in situ y vivir la experiencia.
Cientos de espectadores que pasamos el filtro de una taquillera incapaz de entender una palabra en euskara (idioma vasco). “Sarrera bat, mesedez”, (una entrada por favor) se quedaba mirando como si la petición hubiera sido en chino mandarín. Al contrario que su compañera encargada de la puerta, la joven con ojos de gata que te recibe con la sonrisa de Etcheto y te da la bienvenida en un perfecto idioma vasco mientras rasga el ticket.
Si bien en mi opinión los favoritos eran Erkiaga y Leke, lo que yo no sabía era que sus adversarios disponían de un plan de ataque. Atacar. En bloque y à bloc, ¡ a tope!
Barandika desde el primer momento mostró más desparpajo que el habitual. Cortando la pelota, rematando a dos, con la derecha y de costado. Se anticipó a los escasos remates del de Ispaster jugándole al contraataque.
Respaldado por un gran Etcheto tomaron la delantera. Decididos a todo. Nicolás cubría cancha y con ese largo revés de plaza-libre buscaba la parte de atrás manteniendo a raya a Leke. Un Leke que no tuvo su tarde. Los contrarios le sacaban pelota más muerta y la cambiaban cada pocos tantos. El gran Leke de otras tardes, sin pelota viva baja enteros. Tiene que aprender a jugar más de revés. No es un pelotari explosivo, ni su derecha lo es. Y hay que buscar compensaciones. Cometer menos errores no forzados.
Erkiaga no brillaba y no lo hizo durante todo el partido salvo en algún que otro lance ocasional. Pero su talento es tal que aún sin demostrar su valía. Lejos de la versión ofrecida en el Winter Series de Gernika, es capaz de poner an apuros a sus adversarios.
El primer set, a pesar de la gran actuación de Xabi y de Nicolás, fue bastante apretado. Se impusieron 15 a 11 pero me daba la impresión de que sin hacer nada del otro mundo, a poco que apretaran, podían desequilibrar la balanza.
El segundo set tuvo la misma tónica. Fieles a la estrategia seguían manteniendo la delantera mientras los perdedores chupaban rueda en todo momento a la espera del sprint final que se consumó cuando igualaron a 14 tantos.
Esta vez al de Gernika no se le escapó el partido como en el Winter Series. De todo se aprende y el estilista de Gernika no perdonó. Acabó el set con un remate.
Justos vencedores. Ahora bien, sin aproximarse al nivel de juego que atesoran, los perdedores les pusieron en aprietos. Siguen siendo en mi opinión, Erkiaga y Leke, los favoritos para llevarse el torneo.
El sábado día 28 de mayo Barandika y Etcheto se enfrentarán a Goiko e Irastorza. En sus explicaciones post-partido, Nicolás no las tiene todas consigo. Los veteranos no atraviesan su mejor momento pero es consciente del peligro que representan. Tendrán que jugar como el sábado, en equipo y á bloc.
Mientras Etcheto saludaba y conversaba con amigos y extraños, otro partido se disputaba en la arena del Balda.
Un choque entre dos luchadores. Un duelo de zagueros. Una pelea que podía acabar por K.O. o a los puntos.
La noche pasada en Miribilla Kerman Lejarraga y un irlandés llamado James Metcalf se partieron la cara en una pelea por el título europeo. Repartieron hostias a mansalva y acabaron con la cara hecho un poema, con un único vencedor y a los puntos por unanimidad: el irlandés.
No vi más que un resumen de la pelea y presentía que la del Balda iba a ser una versión jai-alai de la de Miribilla. No andaba descaminado.
Se enfrentaban Zabala, la `Bala de Markina-Xemein¨ y Del Río, el `Bombardero de Gasteiz´. Asistidos por Hormaetxea y Olharan.
¡Qué fogosidad! ¡Qué manera de soltar estacazos! ¡Qué envidia esa manera de soltar la derecha!
Las carreras de Del Río a remate-costado-adentro de Hormaetxea. Llegaba con tanta facilidad que daba la impresión de entrar a bote-corrido.
Zabala es un vendaval que azota desde el primer tanto y no descansa hasta el final. Si tuviera 20 años, me decía a mi mismo, me apuntaba a un programa intensivo de CrossFit.
Ahora bien, todo hay que decirlo. En esa lucha sin cuartel, en una especie de pelea callejera, la técnica, la estrategia, brillaban por su ausencia.
Daban la impresión que el objetivo prioritario era agrietar los bloques de mármol del Baztán alineados en el frontis. Aporrear la pared frontal, sacudir estopa hasta que el adversario hinque la rodilla. Con dos testigos de lujo en primera fila de ring: Horrmaetxea y Olharan.
Los cuatro se ganaron el sueldo con creces. Pero a los zagueros habría que darles una paga extra. No dieron tregua y no aflojaron un ápice. Se dieron hasta en el carnet de identidad en tres sets que se me hicieron cortos. Acabaron como no podía acabar de otra manera. A los puntos, empatando a dos juegos y un 5 a 2 en el tercer y definitivo set. Un partido á bloc.
Dos indecisiones, un tuya-mía final entre Alex (Hormaetxea) y Zabala en una pelota de rebote decidieron la contienda. Victoria para Olharan y Del Río, a los puntos como en Miribilla.
`El Revolver de Morga´ (Kerman Lejarraga) y Zabala `La Bala de Markina-Xemein´ tendrán que curar las heridas y esperar a la revancha.
En el paseo de cancha, Nicolás Etcheto, uno de los hombres más felices sobre la faz de la tierra disfrutaba del momento, á bloc. Posaba para los fotógrafos y saludaba a propios y extraños.