Salsamendi I vs. Orbea I

Fue un viernes día 1 de julio de 1955 cuando se jugó uno de los partidos mano a mano más memorables que jamás se haya jugado sobre una cancha de jai alai. El escenario no era otro que el célebre Palacio de los Gritos, el Habana Jai Alai. Los protagonistas, Salsamendi I y Orbea, las dos máximas figuras del momento. El motivo del choque: el homenaje y despedida a Andrés, un pelotari cubano.

Esa noche se congregó la mayor concurrencia que había visitado el viejo caserón ubicado entre las calles Concordia y Lucena en los últimos 20 años. El ambiente era de gala. Tras el desfile del cuadro de pelotaris y discursos ensalzando la figura de Andrés, se disputó una quiniela. Y tras ella iba a dar comienzo el partido.

Salsamendi I con 38 años se iba a enfrentar a un Fernando Orbea que contaba entonces 21 años. Un choque generacional en toda regla. El Profesor de las Ramblas, el maestro indiscutible contra Remache, la joven figura que osaba arrebatar el trono al veterano campeón.

El dinero salió a favor de Jose Luis Salsamendi que vestía camisa azul. Para sorpresa de muchos El Maestrito escogió cuatro pelotas al azar y sin ponerse a examinarlas, las echó en la media luna de caoba. ¿A qué se debía esa actitud? Signo de arrogancia, quizá, o tal vez de total seguridad en sus posibilidades.

El primer saque le correspondió a Orbea I. Preparado al resto Salsamendi I, muy tranquilo, con el aplomo que da la experiencia y con el mismo desenfado con que seleccionó el material. El Profesor, poseedor de recursos extraordinarios como manomanista comenzó jugando una barbaridad, posesionando por completo el escenario, dueño de su serenidad, de su temperamento congelado, de la clase enorme de delantero que era, se adelantó 6 a 0. Sus saques dirigidos al fondo de la cancha hacían estragos. Orbea restaba con el revés pero Jose Luis decidía rápidamente en los cuadros alegres.

El de Markina lucía presa del miedo escénico. Quienes sabían lo que el marquinés trasteaba, dominaba y decidía con la derecha y con el botecorrido de esa mano, no podía explicar lo que sus ojos veían. El marcador señalaba 14 a 4 favor de El Maestrito, el veterano.

Remache se retiró al vestuario y cambió su cesta. Aprovechando que Salsamendi I comenzó a cansarse de tanto correr de atrás a adelante y de adelante a atrás, Orbea consiguió arreglar el resultado final que fue 20 a 14 favorable al Profesor de las Ramblas.

Según la opinion general Salsamendi mostró una superioridad extraordinaria y ofreció una de las exhibiciones más brillantes que se han brindado en la cancha de Concordia y Lucena. Si no hubiese sido por el cansancio que mostró su rival pudo haberse quedado en cinco o seis tantos.

Tras el partido Remache Orbea confesó que a causa de los nervios había pasado los cuatro días anteriores comiendo mal y apenas durmiendo cuatro horas. La impresión general esa noche era que Jose Luis podría ganarle a Orbea con frecuencia si estos partidos se repitiesen pero que en otras ocasiones Fernando haría un papel mucho más lúcido.

Como premio a su victoria un bellísimo reloj donado por la revista Bohemia fue a parar a manos de Salsamendi I.

P.D.El escrito anterior es un remake basado en lo recogido por Jose Agustin Larrañaga en su libro sobre Salsamendi I.

¿Qué nos contaría hoy día Fernando Orbea de aquel memorable partido? Salsamendi I, 38 años y primera figura en la cancha habanera. Orbea I, 21 años, el que posteriormente marcaría una época. Recoger el testimonio de Fernando Orbea sería recuperar páginas doradas de la historia del jai alai.

 

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