Día de Reyes Magos en el Palace

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Martin Giralda

El cotillón de fin de año había acabado convertido en una auténtica bacanal pero el día de Reyes la barra y los alrededores del bar  del Principal Palacio brillaban como los chorros de oro. Quinto, jefe de camareros en la época gloriosa del frontón, llevaba dos día sin parar. Todo tenía que estar a punto para el lunch de ese día. La gente guapa de Barcelona y personalidades del jai-alai tenían una cita en el histórico frontón. Máxima expectación más teniendo en cuenta la celebración en la ciudad del I Congreso Mundial de Escarabajos Peloteros.

Mientras Quinto sacaba brillo a las copas, Pepe Chapazo, el veterano cronista del diario deportivo DesDicen –resacoso todavía de la juerga de nochevieja– iba ya por su tercer whiski.  Levantó el vidrio y con la vista puesta en una foto de Erdoza menor colgada en la pared, brindó por su viejo amigo: “el más grande de todos, salud camarada”, se tomó el trago de un golpe.

Lo que comenzó como un goteo, al poco, la gente fue entrando en grupos. Josep el ascensorista no daba a basto, el elevador subía y bajaba sin cesar como en la década de los setenta. Para las doce la barra estaba abarrotada así como la parte superior de las gradas. Los canapés y los pinchos volaban. Quinto, con su pericia intacta  a pesar del paso de los años, preparaba combinado tras combinado. El cava corría y el efecto del vino se hacía notar entre  los invitados, la gente hablaba a gritos. Caras conocidas de ex puntistas llegados de todas partes. Florida, Connecticut, Mexico, Filipinas… Palistas, corredores, empresarios… El último intendente del frontón Principal Palacio, José María Urquiaga, ahora eminente experto en especies en peligro de extinción iba a abrir  el I Congreso Mundial sobre los Escarabajos Peloteros.  Reconocidos políticos, sindicalistas, periodistas como Fontanet y Ricardo Pastor “Ritxar”. Socios del club Vasconia con Ortego a la cabeza y gorrones de toda índole que acudían al olor de la sardina. Un gentío ocupaba gran parte del frontón.

Celebridades como el general Azurmendi y Totolo Urrutia charlaban distendidamente. Mister Guilladera merodeaba de grupo en grupo contando sus hazañas a todo aquel dispuesto a escuchar. Agustín Brugués trataba de escaparse, sin conseguirlo, de la persecución de Arroyo, recaudador de cuotas de Pilotarien Batzarra. Ube en medio de la cancha moldeaba frontones en el aire mientras Capitán América paseaba a su cachorro de león por la contracancha. Zulaika, pegado a la pared de rebote, explicaba a Mortel Arratibel cómo restar a txik-txak de derecha en la single. Charli Urizar intercambiaba entradas del Citrus por otras para ver al Athletic en San Mamés Barria. “Forever” Konpa lanzaba desafíos al personal: un partido mano a mano a 50 tantos y pelota muerta.

Toto, vestido todavía de rey Melchor, no se despegaba de  un Don King con los pelos en punta y ataviado como rey Baltasar. Junto a ellos Lilou Etxeberria, de rey Gaspar, preguntaba al primero que encontraba si la presidencia de la federación catalana estaba vacante… La noche anterior los tres reyes habían recorrido las Ramblas arriba-abajo repartiendo cestas, palas  y pelotas a todos los niños.

Sus majestades, los tres reyes Magos, se habían situado en el centro de la barra. Iñaki Egiguren y Xabier Gamarra,  vestidos de paje, eran los encargados de servirles los tragos.

José María “Xixa” Mirapeix micrófono en mano pidió silencio, suya iba a ser la labor de anunciar las novedades para el 2014. La gente seguía a su bola sin hacerle caso hasta que despertó y se levantó Oroz III del asiento de la última fila, altura cuadro 8, y pala en mano pegó un par de palazos en la barra. Se hizo el silencio en menos que canta un gallo.

“Toma la palabra el general Azurmendi”, anunció Mirapeix. La máxima autoridad de la PALA, tras un ligero carraspeo, el semblante serio,  comenzó a relatar lo acontecido diez días antes. El general y un pariente suyo contratista consiguieron introducir un bulldozer en el frontón Bizkaia de Miribilla. Con el apoyo de antiguos palistas del Euskalduna consiguieron desplazar hasta los 54 metros la cancha de Miribilla. No pudo proseguir, su relato fue interrumpido por una salva de aplausos que no cesó hasta que el glorioso general levantando los brazos instó al público a guardar silencio. No sólo éso, continúo la máxima autoridad de la PALA. A la mañana siguiente se personaron en el despacho del Diputado General y arrancaron de éste un decreto foral que en los sucesivo la PALA. Sí, recalcó Azurmendi, con mayúsculas y la de kilo, sería la única modalidad permitida en el Bizkaia. Antes de que los asistentes dieran rienda suelta al júbilo, el general Azurmendi terminó con un… “¡Larga vida a la PALA!” que fue correspondido con un ¡¡¡¡¡Viva la Pala!!!! por todos los presentes.

El siguiente en tomar el micrófono fue Totolo Urrutia. Explicó el coleccionista de jai-alai memorabilia cómo tras años de infructuosa búsqueda, por fin, había encontrado los calzoncillos perdidos de Chiquito de Eibar, dónde y en la segunda planta del Principal Palacio, justo debajo de la cancha, en un lugar  donde  depositaban antiguamente el atrezzo para las obras de teatro.

Una salva de aplausos premió la perseverante labor investigadora de Totolo Urrutia quien tras una reverencia sacó de dentro de su guayabera unos enormes slips de color amarillento. El objeto tan deseado.

El siguiente en dirigirse al público allí concentrado fue el bloguero J.I. Zulaika quien anunció la inminente aparición de un nuevo blog escrito a dos manos por él y por Tototorika que llevaría por nombre: la parejainvencible.com.

Mirapeix, retomando la palabra, volvió a dirigirse a los presentes: “He de anunciar de buenas fuentes que el ansiado libro de memorias escrito por Toto, titulado: “Sálvame Deluxe”, con prólogo de Kiko Rivera, ha sido escogido como obra finalista para el premio Nadal.

Lo que faltaba. Nueva salva de aplausos. Decenas de voces empezaron a corear el nombre del ya consagrado escritor. “¡Toto! ¡Toto! ¡Toto!…. una locura.

El polifacético emprendedor en su papel  de rey Melchor se abrió paso entre el gentío ayudado por su paje y se colocó en la mitad del pasillo. Con la mano hizo un gesto para que se acercara su amigo Don King. “Señoras y señores, tuve un sueño y se va a cumplir. Mi amigo del alma y yo anunciamos la inminente apertura de frontones en las principales capitales del mundo. La franquicia “Jai-Alai All-over-the World Inc”, va a abrir jai-alais en Paris, Londres, Shangai, Nueva York, Manila, Honolulu y en Singapur”… Antes de que acabara una voz al fondo: “Y la pala, qué…!”. Era la voz del general Azurmendi. Toto se giró y levantó los brazos pidiendo paciencia. “Jesús, confía en mí”. Don King, le interrumpió para decir: “Yo confiar mucho en brother Toto. Nosotros amar jai-alai tanto como boxeo”. Melchor y el rey Baltasar se fundieron en un abrazo.

“¡¡¡¡Toto-King!!! …¡¡¡Toto-King!!!… se volvió a armar la marimorena en el Palas.

Cuando todo el mundo creía que allí acaban las buenas noticias. Faltaba una última sorpresa. Enrique Arriaga tomó la palabra. El marquinés residente en Barcelona comenzó con un “Ya sabéis  que lo mío no es hablar en público pero lo tengo que contar. De buenas fuentes próximas a CIU he sabido que en cuanto Catalunya declare la independencia la pelota volverá a Barcelona. Se reabrirán el Principal Palacio, el Novedades, el Condal y el Colón…. La herramienta será declarada patrimonio cultural de Cataluña”. Palabra de Mas.

“Dios bendiga Catalunya y a Artur Mas”, era la voz del general Azurmendi de rodillas, los brazos y la vista dirigida al techo del Principal Palacio.

Se volvió a desatar la locura como en la fiesta de nochevieja. Abrazos, besos, brindis por doquier…una auténtica bacanal. Un lunch en un principio, una verdadera fiesta al final. Acabaron todos en la cancha bailando la sardana y lanzando vítores: “¡¡¡Visca Catalunya Lliure!!!”

Guillermo y el trombón

Los que nos hemos dedicado a esto de la xistera como oficio tuvimos nuestra primera experiencia con la modalidad en un momento dado. La primera vez que vimos jugar a punta, el primer pelotazo que dimos, el día del debut o el último partido; en definitiva, momentos inolvidables como pueden ser el primer beso o el primer amor…  Releyendo “¡Neuk…”!, el libro sobre la biografía del legendario Guillermo, el de Ondarroa recuerda su primer encuentro con la cesta-punta ocurrido en el frontón de Markina.

Pero antes de entrar en el relato de Guillermo voy a contar mi propia experiencia hace ya casi 50 años en el Beotibar de Tolosa. Me veo en el palco del frontón junto a mi hermano, yo tendría unos nueve años, Jesus Mari, dos más. En la cancha ensayaban varios chavales, no recuerdo quienes eran, pero podían ser perfectamente Gildo, Isasa, Arruabarrena, Astiga o Xapaterito de Astigarraga, o tal vez, los hermanos Lujanbio. La cosa es que nosotros los mirábamos con ojos de niño, como platos, una mezcla de envidia y deseos de jugar a aquel deporte. Además, habíamos oído que se jugaba en el extranjero, en muchos sitios. Mi hermano y yo nos quedamos enganchados de aquel juego desde el primer momento, sobre todo yo, y, además, físicamente.

El frontón Beotibar de Tolosa, para el que no lo conozca, tiene su planta baja, más arriba el palco, y encima de éste, la galería o gallinero. Mi hermano y yo estábamos en el palco viendo las evoluciones de los aprendices a pelotari. No se cuanto tiempo pasamos, pero seguro que bastante. Apoyados en la barandilla de hierro forjado y venga cambiar de postura, la cosa es que yo metí mi pierna derecha entre los hierros retorcidos de la barandilla  y llegó un momento que no la podía sacar. Por más que lo intentaba la pierna metida e inflamándose poco a poco. Mi hermano por más que tiraba, nada podía hacer. Los dos cada vez más apurados. Pasó el tiempo, cambiaron de turno los aprendices, y mi hermano y yo en el palco, mi rodilla hinchada apresada entre las varillas de hierro forjado. Del apuro fuimos pasando al pánico. Y no nos atrevíamos a pedir ayuda.

Elizondo, el maestro de la escuela, se debió de percatar de que algo no marchaba bien al vernos tanto tiempo allí en el palco. Algo raro debió de pensar porque nos preguntó si nos pasaba algo, no era posible que tuviéramos tanta afición. Una cosa es amor a primera vista y otra pasarte la tarde sin moverte, sobre todo yo. Total, que allí subió Rafael con su cojera, arrastrando una pierna y un tablón bajo el brazo, detrás suyo un séquito compuesto de los ensayantes y tres o cuatro curiosos. Forzando los hierros de la barandilla con el tablón consiguió Elizondo rescatar mi pierna. Puedo asegurar que mi nacimiento a la pelota fue a base de forceps.

Esa fue nuestra primera toma de contacto con la cesta-punta, la que más tarde sería nuestro oficio. Cuando nos juntamos mi hermano y yo las risas que hacemos recordando aquellos momentos;  pero ese día no nos reimos mucho.

El primer contacto de Guillermo con la cesta-punta tuvo también su anécdota, menudos apuros que pasó ese día el de Ondarroa.

Aquella mañana, día del Carmen, antes de empezar a tocar con la banda de Ondarroa por las calles de Markina, a Guillermo y a su amigo Kortazar, se les ocurrió ir  a jugar a mano al frontón de la localidad. En ello estaban cuando llegaron cuatro chavales grandotes con sus cestas. Y como suele ocurrir en todas las  épocas, les echaron de la cancha no de buenas maneras y se pusieron a jugar a cesta-punta. La primera vez que Guillermo veía jugar a pelota con una cesta.

Desde el primer momento se quedó prendado de lo que le pareció una maravilla, aquellos saltos, la velocidad que le daban a la pelota, los encestes y las jugadas que hacían… Esa mañana, viendo jugar a aquellos chicos supo Guillermo que él iba a ser pelotari de cesta-punta. “Este es el deporte que me gusta; el que tengo que aprender”.

En ese mismo escenario, en el frontón de Markina, bastantes años más tarde, otro que llegó a ser gran figura de la punta, Felix Espilla, decidió ser pelotari. Anastasio, el padre, aparcó  el camión en el “Prado” y, padre e hijo, entraron al frontón, la ropa llena de polvo y restos de pienso de los sacos repartidos por los distintos caseríos. Felix, que era un artista a paleta en el frontón de Berriatua, tras ver ensayar a varios chavales, no dudó en calzarse la cesta y lanzar sus primeros pelotazos. Felix supo en ese mismo instante que iba a ser pelotari.

Volvamos a los tiempos de Guillermo. El día del Carmen, la banda de Ondarroa compuesta por chavales jóvenes iba a recorrer las calles de la localidad para amenizar la fiesta. Muchas semanas ensayando para el gran día a las órdenes del maestro Izeta, que así se llamaba el colérico director de la banda, un tipo de muy malas pulgas y además convencido de que con aquella banda lo más lejos que podía llegar era a las localidades vecinas. Así y todo, les tuvo semanas y más semanas ensayando hasta el agotamiento,  con la mente puesta en en el día grande, día del Carmen. Ocasión única para triunfar y, dejar de paso, el prestigio del pueblo, el pabellón de Ondarroa, en lo más alto.

Guillermo tocaba el trombón, el instrumento más grande de todos, en sus inicios lo había escogido a posta, pensando que el tamaño iba en acorde a su importancia dentro de la banda. Joxe Iziar, flaco, pura fibra, y muy nervioso: el clarinete. Asillona, ágil y dantzari de aurresku, tocaba la trompeta. Pakito Landazabal, apenas medio metro de altura entonces y ahora, la flauta y el cornetín.
Andrés, el monaguillo de Santa Clara, tan hábil para el segundo trombón como para sisarle los cepillos y beberse el vino del sacristán… Joxé Brontxe, el cornetín.
Gelaxio Anakabe, Xagu, un tipo gracioso y ocurrente muy amigo de hacer barrabasadas a las viejecitas del pueblo. Joxé Kortazar, el más serio y aplicado de la banda, convencido de que con el paso del tiempo aquella charanga iba a triunfar por todo el mundo.

Ibazeta los mandó formar. El director, todo solemne, con las brazos en alto, de un momento a otro movería su batuta como lo hacen los grandes directores de orquesta. En ese momento Guillermo echó mano a su bolsillo para coger la boquilla del trombón, Por más que buscó la boquilla no aparecía. Un instrumento de viento sin boquilla es como una cesta sin guante, un reloj sin manecillas. Amutxastegi había perdido la boquilla del trombón en la cancha mientras jugaba a mano con Kortazar. El pánico se apoderó de Guillermo, ya era tarde. El colérico Izeta con una sonrisa de oreja a oreja  movió las brazos, la batuta hacía dibujos en el aire y sonaron las primeras compases, una alegre pieza resonó por las calles repletas de gente.

Guillermo hacía lo que podía, dále que te pego a sus pulmones en un esfuerzo descomunal, la banda calle arriba, calle abajo. Llegaron en alegre kalejira al “Prado” y, en una de estas, Izeta, el director de la banda, saboreando las mieles del triunfo,  como colofón final, señaló a Guillermo con la batuta para que hiciera un solo con su instrumento, con el trombón. La señal, cientos de veces ensayada, el momento cumbre, pero, la más inesperada y temida por Guillermo en ese momento. Se hizo el silencio y el trombón mudo; Guillermo pálido. El público pensó que se trataba de un numerito preparado de antemano…

Tras unos segundos de silencio, Izeta, el director, con la cara desencajada… ¿”¡Qué te pasa Guillermo, te has vuelto loco o qué”…!?

Guillermo preso del pánico y del sentimiento de ridículo, abandonó el trombón allí mismo y echó a correr para perderse en las callejuelas.

Enterado de lo ocurrido alguien que había encontrado la boquilla se la devolvió. Ya era tarde, el día de gloria para la banda de Ondarroa, se había convertido en un fracaso. De regreso en el autobús, Izeta, el director, desolado, los miembros de la banda, cabizbajos. El pabellón de Ondarroa, por los suelos. El mismo día que Guillermo vió jugar a punta y supo que iba  a ser pelotari.

P.D.
Lo anterior es un “remake” mío de un pasaje del ¡“Neuk…”! de Turrillas sobre la vida de Guillermo Amutxastegi.

Pelotaris en activo

Se puede plantear la siguiente cuestión ¿Cuántos puntistas profesionales ha habido en la historia de la cesta-punta? No existe –que yo tenga constancia– del número exacto de puntistas profesionales habidos a lo largo de una existencia de más de un siglo de profesionalismo. Miguel Angel Bilbao en el prólogo de su libro:  Cesta Punta: Los Profesionales de la Especialidad, comenta: “(…) sobrepasarán en varios cientos la cifra de 3.000 que por mi parte he conseguido reunir”.

Otros datos por los que yo sentía curiosidad hacían referencia a la cantidad de pelotaris puntistas actuando simultáneamente por décadas, desde los inicios de la andadura industrial. Le comenté a José Agustín Larrañaga, historiador del jai-alai, mi inquietud al respecto. Amablemente me envía un listado del número de pelotaris en el mundo en intervalos de cinco y diez años (lo incluyo al final de esta crónica).

El listado comienza el año 1985 en el que Larrañaga calcula que había profesionalmente en activo 260 pelotaris. Si bien a los cinco años el número desciende a 222, a partir de 1921 el número comienza a crecer.

Desciende en la época de la Guerra Civil española y la Segunda Guerra mundial de 537 pelotaris a 460 en el año 1945. A partir de mediados de siglo XX la cifra es superior a los 500 profesionales.

La tendencia alcista importante comienza el la década de los sesenta y culmina el año 1980 con la friolera de 890 profesionales en activo.

A partir del año 1980 empieza el descalabro del mundo puntista profesional. Se cierran Mallorca; Barcelona tras la huelga del 88. Tijuana cesa su actividad. Italia, Manila, Cebú, Yakarta, Macao. El mazazo final se da tras la huelga del 88 y sus consecuencias. Como sabemos en la actualidad alrededor de poco más de cien (?) puntistas profesionales se dedican a la cesta-punta profesional en Miami, Dania, Fort Pierce, Orlando, Cagayan Valley de Filipinas e Iparralde.

Opino que los datos facilitados por José Agustín Larrañaga no son exactos pero sí aproximados, para hacernos una idea de lo que fue y a lo que hemos llegado. Un estudio más académico sería lo ideal. Ahora bien, la información de Larrañaga es valiosa. Lo que está claro es que el incremento del número de profesionales fue a más desde los inicios salvo en algún período concreto para remontar y llegar al punto más álgido, 1975-1980, con cerca de 900 puntistas profesionales. A partir de esas fechas ha sido una caída libre hasta la actualidad que da la impresión de tocar fondo. Aunque siendo realistas también  cabe la posibilidad que la curva siga descendiendo. Para hacernos una idea, el recorrido del jai-alai se asemeja al final de una etapa de montaña en el Tour de Francia. Se empieza a subir y subir, una vez llegado a la cima la bajada, la meta se halla a diez kilómetros de intenso descenso. Una salvedad, en el caso de la cesta-punta no se puede hablar de un final absoluto, la carrera continúa.

Los datos de Larrañaga los incluyo a continuación. Seguro que incitan a otras reflexiones.

Número de pelotaris en el mundo

Año 1895. – México (Eder Jai), 11; Brasil, 30; Madrid (Jai Alai, Eder Jai, Fiesta Alegre, Beti
Jai, San Francisco y Euskal Jai),70; Barcelona (Barcelonés, Condal), 50; Valladolid, 20; Bilbao, 35;
Tarrasa, 12; Reus, 12; Valencia, 20. TOTAL = 260

1900. – México (Eder Jai, 22; Jai Alai; 15, Nacional, 0), 37; Brasil, 30; Madrid (Jai Alai, 30;
Central, 35), 65; Barcelona (Condal, 30; Barcelonés, 25), 55; Bilbao, 35. TOTAL = 222

1905-1910. – México (Nacional), 25; La Habana (Jai Alai), 30; Egipto (El Cairo, 13;
Alejandría, 12), 25; Italia (Milán, Roma), 40; Brasil, 30; Bilbao (comenzó la pala), 10; Madrid
(Central), 30; Barcelona (Condal), 35. TOTAL = 225

1918. – Bilbao, 15; Barcelona (Condal, 25; Principal Palace, 40), 65; Madrid, (Central), 25;
La Habana (Jai Alai), 25; México (Nacional), 35; Egipto, 25; Italia, 30, Brasil, 30. TOTAL =
250.

1921. – Bilbao, 15, Barcelona (Principal Palace), 25; Madrid (Central), 25; La Habana (Jai
Alai, 35; Nuevo, 30), 65; Cienfuegos, 20; México (Nacional), 35; Egipto, 25; Italia, 30, Brasil, 30.
TOTAL = 270.

1925-1926. – Bilbao, 15; Barcelona (Principal Palace), 25; Madrid (Central), 20; Donostia
(Urumea), 25; La Habana (Jai Alai, 35; Nuevo, 25; Habana-Madrid, 25), 85; México (Nacional, 35;
Hispano-Mexicano, 25), 60; Egipto, 25; Italia, 30, Brasil, 30; USA (Hialeach, 0; Miami, 33), 33.
TOTAL = 348.

1929-1930. – Bilbao, 15; Barcelona (Principal Palace, 25; Novedades, 40), 65; Madrid
(Central), 20; Donostia (Urumea); 15; Sevilla, 28; La Habana (Jai Alai, 35; Habana-Madrid, 25), 60;
México (México); 35; Egipto, 25; Italia (Milán, Torino), 30; Brasil, 30; Bogotá, 12; Lima, 12,
Puerto Rico, 10, Shanghai, 25; USA (Miami, 35; Nueva Orleáns, 35; Chicago, 23), 93. TOTAL =
475.

1933-1935. – Bilbao, 15; Barcelona (Principal Palace, 47, Novedades, 15), 62; Madrid,
0; Sevilla, 25; Zaragoza (Aragonés, 25; Jai Alai, 20), 45; Mallorca, 25; Valencia, 20; Vigo, 25;
Donostia (Moderno), 25; La Habana (Jai Alai, 30; Habana-Madrid, 25), 55; México, 35; Italia (Milán,
Torino, Nápoles), 60; Miami, 35; Caracas, 15; Bruselas, 25; Tánger, 20; Shanghai, 25; Tientsin,
25. TOTAL = 537

1938-1940. – Bilbao, 0; Barcelona (¿Novedades?); Madrid, 25; Zaragoza (Montemolín, 25;
Aragonés, 40), 65; Salamanca, 25; Donostia (Urumea), 25; Vigo, 25; Valencia, 20; Mallorca, 25;
La Habana (Jai Alai, 35; Habana-Madrid, 30), 65; Italia (Milán, Nápoles), 40; Bruselas, 25; Tánger,
20; Manila, 30; USA (Miami, 35, New York, 25), 60; Shanghai, 25; Tientsin, 25. TOTAL = 500

1945. – Barcelona (Novedades, 30; Colón, 20), 50; Madrid (Recoletos), 20; Zaragoza
(Aragonés), 40; Valencia, 20; Mallorca, 25; Vigo, 25; Lérida, 25; A Coruña, 20; Canarias (Las
Palmas, 15; Tenerife, 15), 30; La Habana (Jai Alai, 32; Habana-Madrid, 23), 55; México, 30;
Italia (Milán, 20, Nápoles, 20), 40; Miami, 35; Bruselas, 25; Tánger, 20. TOTAL = 460

1949-1950. – Barcelona (Novedades), 40; Madrid (Recoletos, 15; Madrid, 15), 30; Zaragoza
(Aragonés), 40; Mallorca, 35; Lérida, 25; A Coruña, 20, Canarias (Las Palmas, Tenerife), 40; La
Habana (Jai Alai, 35; Habana-Madrid, 25), 60; México, 55; Tijuana, 25; Italia (Milán, Nápoles), 40;
Bruselas, 25; Manila, 35; Miami, 35. TOTAL = 505

1953. – Barcelona (Novedades), 40; Madrid (Recoletos, 15; Madrid, 20), 35; Zaragoza,
(Aragonés), 40; Mallorca, 35; Canarias (Las Palmas, Tenerife), 40; La Habana (Jai Alai, 45; Habana-
Madrid, 25), 70; México, 55; Tijuana, 25; Acapulco, 25; Italia (Milán, Nápoles), 40; Manila, 35;
USA (Miami, 35; Dania, 35; Tampa, 30), 100. TOTAL = 540

1959-1962. – Barcelona, 0; Madrid (Recoletos, 15; Madrid, 20), 35; Mallorca, 35;
Canarias (Las Palmas, Tenerife), 40; Durango, 35; La Habana (Jai Alai, 45; Habana-Madrid, 25), 70;
México, 55; Tijuana, 25; Acapulco, 25; Italia (Milán), 30; Manila, 35; USA (Miami, 35; Dania,
35; Tampa, 30; West Palm Beach, 35; Daytona, 0), 135. TOTAL = 520

1965-1967. – Madrid (Recoletos, 15, Madrid, 20), 35; Mallorca, 35, Canarias (Las Palmas,
Tenerife), 40; Durango, 35; Gernika, 35; México, 55; Tijuana, 25; Acapulco, 25; Italia (Milán),
30; Manila, 35; Cebú, 35, USA (Miami, 35, Dania, 35, Tampa, 30, West Palm Beach, 35, Orlando, 35),
170. TOTAL = 555

1970. – Madrid (Recoletos, 15; Madrid, 20), 35; Barcelona (Principal Palace), 45; Mallorca,
35; Canarias (Las Palmas, Tenerife), 40; Durango, 35; Gernika, 35; Bilbao (Club Deportivo), 30;
México, 50; Tijuana, 25; Acapulco, 25; Italia (Milán), 30; Manila, 35; Cebú, 35; Yakarta, 35;
USA (Miami, 40; Dania, 40; Tampa, 35; West Palm Beach, 35; Orlando, 35), 185. TOTAL = 675

1975 a 1980. – Barcelona (Principal Palace), 45; Mallorca, 35; Canarias, 40?; Durango,
45; Gernika, 40; México, 50?; Tijuana, 25?; Acapulco, 25?; Italia, 30?; Manila, 35; Cebú, 35;
Yakarta, 35; Macao, 35; USA (Miami, 45; Dania, 45; Tampa, 45; West Palm Beach, 45; Orlando, 45; Las
Vegas, 45; Fort Pierce (verano), 0; Bridgeport, 55; Hardford (verano), 0; Milford (verano), 0; Newport (verano),
0; Melbourne, 45; Ocala, (verano), 0; Reno, 45), 415. TOTAL = 890

Escarbando en la niebla

Mi último artículo: «Número de pelotaris: épocas» ha suscitado reacciones muy interesantes como se puede comprobar en los comentarios a pie de escrito. Como si hubiéramos removido la tierra y nos encontráramos con un hallazgo sorprendente: la enorme cantidad de puntistas profesionales habidos a lo largo de más de cien años de andadura.
Tras ese hallazgo nos damos cuenta de lo poco que sabemos y lo mucho que queda por descubrir, si no es demasiado tarde.
Escasa es la información que tenemos. Podemos achacarlo en parte a la dejación nuestra, los pelotaris, que no hemos sabido recoger testimonios cara a un futuro. Incluso podemos criticar lo que se ha escrito hasta la fecha. Es inútil.

La cuestión principal es que en nuestro colectivo ni en el País ha habido conciencia del mundo en el que nos movíamos. El desconocimiento del pasado de la cesta-punta es casi total. Como cuando cuenta Oteiza aquello de siendo un chaval, hurgando en el desván de casa, encuentra unas xisteras viejas, el mimbre ajado, el guante negro, y le pregunta a su tía Candelaria, a ver para qué servían aquellas herramientas. Su tía, después de un rato de silencio, le contesta: «juegan a unos juegos que ni ellos mismos saben a qué juegan».

Es lo que nos ha pasado a los pelotaris. No teníamos ni la más remota idea de lo que representábamos. No un deporte cualquiera, sino algo mucho más allá, como recalca Marina Torondel. La cesta-punta, por su trayectoria, merece ser digna de considerarse patrimonio histórico-cultural de Euskal Herria.
Lo decía yo en un artículo publicado en Basque Tribune: Jai-Alai or Globalization. El jai-alai ha sido pionero en Euskal Herria en cuanto a innovación y a extenderse por el mundo al igual que están haciendo muchas empresas vascas un siglo después.

¿Qué empresa de Euskal Herria ha mantenido desde 1895 hasta hace bien poco un promedio anual de más de 400 profesionales (trabajadores)? Es solo un ejemplo.

Cuanto más reflexiona uno más asombroso parece lo que hemos tenido a mano. Sin embargo, sabemos muy poco. Los trabajos individuales de Miguel Angel Bilbao y José Agustín Larrañaga son dignos de elogio. Han actuado como esos arqueólogos aficionados de fin de semana que de pronto dan con un yacimiento de proporciones incalculables. Han destapado medio metro de tierra y empiezan a aflorar nombres y lugares, y no están todos y nuestra curiosidad nos lleva más allá.

Como bien dice Marina Torondel, no importa tanto si fuimos 4.000 o cien más. ¿Qué es lo que impulsó a expandir la cesta-punta a lugares tan exóticos como Alejandría, Tánger. Aquellos pelotaris que desembarcaron en algún lugar de Galicia y a pie regresaron a Euskal Herria, y en las aldeas, al verlos con aquellos artilugios bajo el brazo, los chavales gritaban. “Que toquen, que toquen…”, los tomaban por músicos.

¿Qué impacto económico supusieron los puntistas en zonas como Rentería, Villabona o Markina? Como me comentaba Anjelito Ugarte: “no había familia en Villabona que no estuviera al tanto de la fluctuación de ciertas divisas”. ¿En qué condiciones laborales fueron y cuántos conflictos se pueden recoger?

¿Fueron los pelotaris de comienzos del siglo XX unos bon vivants? Es la creencia que existía en el pasado. El fallecido Rafael Gurrutxaga solía sostener que su generación fue la que empezó a ahorrar. Su esposa, Marixabel, me hablaba de sus tíos, los Munita de Villabona, después de toda una vida de frontón en frontón regresaron a casa, a Villabona, sin un duro. Eso sí, con los gustos más refinados imaginables, la ópera, bien vestir, la buena mesa…

¿Qué incidencia ha tenido en la diáspora la cantidad de puntistas que se quedaron diseminados en diferentes rincones del planeta? Los finales de ciclos. En Africa, Sudamerica, Indonesia, Cuba, México. ¿Razones políticas, religiosas, económicas…?

Otra incógnita. ¿Es posible que debido a la fuerte propagación del jai-alai — la apertura de frontones en ultramar– se vaciaran los frontones estatales de puntistas y los empresarios tuvieron que echar mano de otras modalidades como la pala, el remonte o la raqueta para cubrir las bajas? Es decir, que esas modalidades que menciono no hubieran prosperado en el campo profesional de no ser por el éxito de la cesta-punta y su vocación ecuménica. Esta es una hipótesis que se la oí mencionar a José Agustín Larrañaga en cierta ocasión. No sé qué pensará al respecto un estudioso de la trayectoria de la pala como es Jesús Azurmendi. Personalmente intuyo que esta idea tiene fundamento. Ahora bien, un estudio riguroso, documentado, sería lo idóneo para comprobar hasta qué punto esa hipótesis tiene un fundamento racional.

Estoy de acuerdo con Marina Torondel cuando dice que la cesta-punta ha vivido en una crisis permanente. La inestabilidad una constante vista la cantidad de frontones desaparecidos, el tránsito de los pelotaris, fines de ciclo por razones políticas, religiosas, económicas, es lo que hace suponer. Yo lo definiría como: el jai-alai, un siglo de pésima salud de hierro.

El estudio del jai-alai desde las disciplinas como la sociología, historia, antropología y economía es una asignatura pendiente. En el mundo académico vasco no parece que haya interés. A menudo pienso que al final vendrá un norteamericano procedente de alguna universidad perdida del Medio-Oeste –me viene a la cabeza William Douglas quien estudió en Aulestia el ritual de la muerte en Euskal Herria, lo publicó en un libro titulado: “Death in Murélaga” — para que investigue y desentierre más allá de ese medio metro de tierra que han escarbado heroicamente hombres como Miguel Angel Bilbao y José Agustín Larrañaga.

La decadencia de los frontones

Hace un par de semanas fui a Hernani al frontón Galarreta Jai-Alai. Tenía ganas de ver jugar a remonte. Estaban programados, entre otros, Ezkurra y Urriza en diferentes partidos. Dos de las figuras de un cuadro de 28 pelotaris. Siempres es un placer ver jugar a Ezkurra aunque ya no sea el delantero que daba ventajas abismales. Ahora, el número uno en los cuadros alegres es Urriza, un ex palista que triunfó jugando a pala en el campo aficionado y, ya mayorcito, debutó como remontista hasta llegar a donde ha llegado, a la cúspide.

El frontón está impecable,  la primera impresión que me produjo nada más entrar. Buena calefacción, luces, un buen servicio de barra, nada que objetar. El estelar había comenzado:  Ezkurra jugando. En las gradas apenas unas doscientas personas siguiendo los movimientos de cuatro pelotaris que jugaban a cara de perro. Con tremendo arranque, como nos gusta decir en nuestra jerga. «La mitad no paga la entrada», me dijo Intxaurburu allí presente, un ex remontista estelarista hace dos décadas.

En la línea de corredores conté media docena, apenas cantaban. Nada ver con aquel griterío de otro tiempo no tan lejano. Cuando las voces de los corredores sonaban a música celestial y el ir y venir de pelotas de tenis ocultando en su interior papeletas rojas y azules era constante; ahora es tan esporádico que hasta llama la atención. No es de extrañar que los corredores miraran hacia las gradas semi vacías con cara de aburrimiento.

Cómo es posible, me preguntaba a mi mismo, una especialidad arraigada, un frontón bien cuidado, en un entorno poblado por miles de habitantes, una modalidad espectacular jugada por unos pelotaris entregados, tenga tan escasa respuesta. Languidezca y se debate entre la vida y la muerte.

Me encontré con Joxe Mari Barrenetxea. Ex remontista y en la actualidad uno de los gestores del frontón junto a varios ex profesionales, Agerre, Matxín II etc. Cogieron las riendas del frontón hace tres años después de que la empresa de toda la vida, la regentada por Ercilla, cerrase las puertas después de más de treinta años de actividad.

Los Barrenetxea y cía, la empresa Oriamendi 2010, hicieron lo habido y por haber por promocionar el remonte, sin conseguirlo. Tres años después, forzados por la situación insostenible, plantearon al cuadro el funcionar como una especie de cooperativa en la que ellos llevarían la gestión gratis y después de la liquidación, gastos e ingresos, así se haría el reparto entre los pelotaris. La quema de un último cartucho.

Por qué se ha ido esto al carajo, no paraba de darle vueltas. Un frontón que costó 50 millones de pesetas y lo amortizaron el primer año de explotación, allá por el año 70. Que fue un éxito total las siguientes dos décadas, tres cuatro funciones semanales, complementado por el construido en Huarte (Navarra). Para ir poco a poco decayendo conforme avanzaba el siglo hasta llegar a la situación actual.

No me conformo con buscar culpables en los periódicos,  EITB,  Gobierno Vasco… Tiene que haber algo más, me decía a mi mismo.

Soy consciente de caer en la pedantería y tal vez en la ingenuidad al recurrir a  las explicaciones de un economista para afrontar el reto de entender la razón o razones del declive del remonte, la pala, cesta-punta, y, a mi parecer, lo que va a ocurrir con la mano. Lo voy a intentar.

Sostenía Joseph Schumpeter –un economista del siglo pasado, junto a Keynes, uno de los más influyentes– que el hecho esencial del capitalismo es el cambio constante, a través de la innovación. Un proceso que él lo denominó como Destrucción Creadora. Lo nuevo sustituye a algo antiguo.

Esquemáticamente explicado. Alguien, un genio, un visionario, inventa algo, y después la figura del empresario de espíritu emprendedor lo coloca en el mercado. Monopoliza ese mercado pero el éxito es tal que atrae la atención de cientos de imitadores que ponen en peligro la hegemonía del primero en llegar. ¿De qué manera ponen en peligro los recién llegados? Innovando, siendo más espabilados.

¿Por qué han decaído el remonte, la pala, la cesta-punta? (la raqueta desapareció).

Estas modalidades de pelota que en un tiempo se convirtieron en industria, surgieron al rebufo de la Segunda Revolución industrial, a caballo entre los siglos XIX y XX. Tiempos propicios a grandes innovaciones.

Crucial el trabajo de unos emprendedores ( a los que Schumpeter tanta importancia da) visionarios que supieron promocionar versiones del juego moderno de pelota en contraposición a los antiguos. En esa época surgen la «invención» de la cesta-punta en Argentina y del remonte en Navarra. Dos innovaciones que supusieron la apertura de nuevos mercados jamás imaginados como en el caso de la cesta-punta, del jai-alai.

Por ello, los frontones industriales funcionaron a pleno rendimiento gran parte del siglo XX en Madrid y Barcelona monopolizando el mundo del espectáculo junto a los toros y el teatro, con el atractivo principal de la apuesta en el caso del frontón.

En el caso de la cesta-punta es en la década de los cincuenta y sesenta cuando se abren Durango, Markina y Gernika. En pleno desarrollismo industrial con una economía lanzada, un PIB, cercano al 7% de crecimiento.

Curioso resulta también –causa y efecto– que paralelo a la irrupción de la televisión y su propagación en el estado español, año 1956,   los frontones de herramienta han ido cayendo como moscas.

La influencia de la tele ha puesto en el ojo público  infinidad de deportes convirtiéndolos en fenómenos de masa. El fútbol, cómo no; el basquet, ciclismo, tenis… Y algo crucial, la culminación del deporte como espectáculo extraordinario al más alto nivel:  Champions, Fórmula Uno, Tour, Roland Garros…

Mientras, el frontón en la otra cara de la moneda: las funciones semanales de partidos de empresa sin nada en juego salvo la posibilidad de apostar como atractivo, acaba convirtiéndo el frontón en santuario para familiares de los pelotaris y “últimos mohicanos”.

Un ejemplo apropiado me parece el del jai-alai americano. A principios de siglo XX el patriarca de la familia Berenson  propaga el jai-alai en Miami tras conocerlo en La Habana. Lo hace con el formato de la quiniela (innovación) y por primera vez en Florida (búsqueda de nuevos mercados).

Richard Berenson (el emprendedor schumpetariano por excelencia) consigue un éxito total. El jai-alai jugado en temporada monopoliza la apuesta en la zona. Sin embargo, surgen otros frontones en el mismo estado, Dania, Palm Beach, Daytona, Tampa, Orlando y así sucesivamente.

El éxito provoca innumerables imitadores, nos dice Joseph Schumpeter. Connecticut, Rhode Island, Nevada, se suman a la expansión del jai-alai.

Con el paso del tiempo las apuestas en el jai-alai van decayendo conforme surge la competencia, casinos, loterías, apuesta a distancia. Los apostadores no desaparecen; se trasladan a otros caladeros más apetecibles, mejores lugares para sacar rendimiento rápido a sus pequeñas inversiones. Los casinos se llevan la parte del león. A partir de ahora, la apuesta por internet es la máxima amenaza, según algunos expertos. (Destrucción Creadora)

Los jai-alai americanos murieron de éxito, se durmieron en los laureles, se cocieron en el agua templada como en el cuento de la rana, que para cuando se dió cuenta el agua hervía. Al igual que los frontones de herramienta en el estado español.

Además, con una particularidad. Que la figura del emprendedor aventurero ha desaparecido de los frontones, salvo alguna honrosa excepción como la de Totorika y su socio Alix en Filipinas. Los Berenson, Aranzibia, Jauregui que llevó el jai-alai a China, los empresarios que inauguraron frontones en Egipto, que tanto esplendor dieron al jai-alai, y muchos otros, son historia.

Ahora mandan las compañías sin una cabeza visible y que igual les da invertir en una industria o en otra, el objetivo es conseguir el máximo beneficio. Si ningún apego por la pelota.